¿DÓNDE QUEDARON NUESTROS SUEÑOS?

viernes, 25 de junio de 2010
Es inevitable creer siempre en un mejor futuro, nuestra historia pesimista así nos lo demanda como la única salida de nuestra absurda realidad. Nuestro país se condena cada vez a ser un lastre social, hace 4 años el país según los especialistas estaba pintado de verde, azul y amarillo, en tan poco tiempo la combinación estos colores ha logrado pintar nuestro país de un solo color, el rojo. El pesimismo histórico esta más presente en estas fechas tan patriotas, 100 o 200 ese es el dilema, qué realmente debemos festejar, lo dejo a su consideración.

Nuestra mentalidad bandea, a veces (casi siempre cuando cae la quincena) somos optimistas, fervientes creyentes del desarrollo capitalista, víctimas del consumismo de cualquier índole, pero cuando solo han pasado un par de días somos pesimistas (casi siempre porque esa quincena no alcanzó para nada) caemos en estado semi-depresivo de consumo sobreviviente, sin ánimos más que el de esperar la siguiente quincena, y es aquí donde tiene cabida la siguiente pregunta.

¿Dónde quedaron nuestros sueños? Alguien me puede explicar qué clase de cártel, guerrillero, político, autoridad, religioso, comunicador o empresario se los ha llevado, los exterminó o tan solo es un secuestro en espera de un rescate. Siempre desde pequeño me acostumbré a pensar que la vida no puede concebirse sin los sueños, quizá mi ingenuidad me cobijó de una cruda realidad. Los sueños son el materialismo inconsciente de algo superior a nosotros, de nuestros deseos, anhelos, ilusiones y cualquier calificativo que suene mágico, por eso me niego a creer que estén muertos.

Sí, es cierto, alguien les hizo tanto daño que han desaparecido, aquellos que todavía los guardan los atesoran más que su propia vida, un sueño es la invitación nocturna de viajar a un lugar accesible a todo nivel socioeconómico, es la forma más pura de imaginar la felicidad como un fin personal.
Me sorprende y aterroriza la idea de soñar que no hay sueños, sería llegar a una decadencia mental de la que no hay salida más que tres metros bajo tierra, insisto en que no me gustaría presenciar tal atrocidad porque entonces estaríamos al borde del exterminio.

Trato de hacer un ejercicio de conciencia sobre hechos de la inconsciencia, pareciera que nuestra mente está envuelta en un canibalismo tal, que es cuestión de tiempo pegarse un tiro y seguir adelante, dejarle el mundo indeseable a los indeseables y que terminen con él.

En un cliché casi bíblico donde la unión hace la fuerza, sería esta la forma de recuperar lo perdido o ganar algo de lo perdido, pienso que la manera más honesta de volver a encontrarlos es haciendo de lado nuestra precariedad humana de valores sistemáticos que limitan nuestra conducta, por qué ser tolerantes con el intolerante, con eso restaríamos valor a nuestro concepto, o que de plano estamos destinados a una sumisión de pensamiento, a consumir solo lo sensatamente aceptable para el resto de la mayoría, dejemos de lado prejuicios individuales si queremos avanzar como sociedad. Quizá nuestros sueños algún día recuperen su riqueza, quizá nunca se fueron porque no los dejamos existir, no es malo soñar, al contrario, es la herramienta más honesta de nuestras ideas para convertirse en acciones. Jamás abandonemos la idea de ser parte fundamental de una sonrisa al despertar porque los sueños nos permitieron llenarnos de alegría mientras dormíamos, no permitamos que nadie, ni nada acabe con ellos.

Sin ánimo de ser pretencioso o jactarme de ser un motivador, por una sola ocasión, la próxima vez que cerremos los ojos, intentemos todos de pintar en un lienzo llamado México, con un solo color, el blanco.
Que la noche los abrigue con un cálido sabor a felicidad, paz.

TORERO

Esta gran historia de los ruedos es gracias a la sensible pluma de mi primo
MARTIN TOLEDO


El traje de luces me enfunde con esmero
Aquella tarde, tomaba la alternativa como torero
Y así, elegantemente vestido llegue al burladero

Un par de banderillas
Colocar quise de manera elegante
No pude lograr la suerte
A cambio mi corazón recibió
Un rejón fulminante

De rojo mi sangre la arena teñía
Olor a tragedia el ruedo tenia
No obstante mi muerte
La fiesta en la plaza seguía

Los oles deje de escuchar
La plaza y la gente ya no veía
Creo, que he muerto y
la faena aún no concluía
Para mis adentros así me decía

Del paso doble sus notas ya no seguían
Los acordes ya no escuche
En la arena mi cuerpo inmóvil
Que tristeza ahí me quede

Esa tarde apéndices yo no corte
Ni vuelta al ruego siquiera logre
Mudos los tendidos con mi muerte deje

Otra tarde torera vendrá
Solo que el ruedo en el cielo estará
Los alternantes no se quienes serán
Pero ese cartel, juro mi nombre tendrá

Mi faena para el padre supremo será
Los aplausos que aquí no llegaron, allá me darán
Esta corrida ninguna tragedia tendrá
Incluso el toro con vida a los corrales volverá.

Ya no busco laures.
Ni tengo sed de victoria
Aquí de nada me sirven
Porque sin ellos, estoy en la gloria.