HAY LUGARES

lunes, 15 de agosto de 2016
La tomó con las dos manos,
deslizó sus labios
cerró los ojos.
Todo en pasado,
Esperando se repita en presente.

Aquel sitio se llenaba de luces
el silencio era testigo,
dos ventanas abiertas,
unas escaleras que llevan a otro lugar

Hay lugares donde dos cuerpos se hacen uno.
Hay que encontrar esos lugares.

Hay que encontrarse uno.

AHÍ ESTABA

martes, 2 de agosto de 2016
Ahí estaba,
asoma un poco de su cadera
va viendo hacia atrás
sus manos hacia el frente
su cuerpo parece anárquico
van en direcciones opuestas.

Su mente los anticipa,
va en otra dirección
el pasado se escapa
le han abierto la jaula

Ahí esta otra vez,
su cadera se asoma
y como acto de rebelión

ella acaba de despertar.

Los once pasos

lunes, 5 de octubre de 2015
El ímpetu no determina la victoria pero sí enaltece la derrota

Ahí está, de pie, a once pasos de la portería. En la raya, espera tranquilo el cancerbero, espera con la serenidad que da el haber ganado muchas batallas, su mirada muestra respeto pero no se inquieta, reconoce a su rival, un joven valeroso, que sin aspaviento alguno toma el balón, con la gallardía con la que debe conducirse hacia el gol.

Descansa el balón sobre el manchón de aquel hermoso campo de futbol, la gente entusiasmada grita, brinca, alienta al cobrador, el muchacho está decidido, todo el estadio se ha dado cuenta de eso, voltea a la banca, ve al entrenador, su mirada le recarga de fuerza.

Todo mundo ve al entrenador en su papel, el más hermoso de los hipócritas; muere de miedo, pero le transmite confianza. La euforia gana terreno, los compañeros de equipo se toman las manos, sudorosas, temblorosas, pero no pierden vigor; el ambiente crece, el estadio enloquece. Los rivales yacen cansados, derrotados, han puesto su última esperanza en el mejor del equipo:  su portero; aquel tipo de la mirada dura que te violenta, pero te descansa; solamente él es capaz de salvar a su equipo.

El muchacho se perfila, cierra los ojos esperando el silbatazo del árbitro, respira hondo, exhala y  lanza todo su espíritu, corre firme hacia el balón, es la carrera más importante de su vida. Segundos después de haber pateado terminará el partido, el resultado por ahora es incierto, el chico no se detiene, cada pisada estremece el césped, una tras otra, la gente a la expectativa se estruja entre las entrañas, el chico patea, es un perfecto disparo, fuerte, raso y colocado como decían los dioses de aquel rectángulo, el balón avanza brutalmente hacia la portería, el estadio apunto de expulsar todas sus frustraciones en una sola palabra, solo un suspiro, era imposible que aquel disparo no entrará, no había explicación, el chico atónito vio la perfecta figura del portero estirarse, la postal era espectacular.

Portero y cobrador intercambian miradas, asienten las cabezas, tienen un lenguaje secreto para reconocerse uno al otro la perfección de lo que acaban de hacer, termina el partido. Arquero y pateador estrechan las manos, no es un saludo, es un apretón fraternal, es el código para hacer las paces. El chico camina hacia la banca, decaído pero con la cabeza en alto, la afición se le entrega, corea su nombre y rescatan sus penas haciéndolas suyas.

El entrenador lo abraza y lo protege con las siguientes palabras:” Habrá más penales por cobrar hijo, no te preocupes, es tan solo un partido de fútbol”. A la distancia el arquero le rinde tributo con una dulce sonrisa, de aquellas que te descansan.
El estadio luce imponente, en paz, sin luz, sin gente.

A tu memoria pequeño cobrador de penales.


Querido Facebook,

martes, 22 de abril de 2014
Querido Facebook,

7 años después, como cualquier relación en la vida humana creo que la nuestra ha llegado a un punto de evaluación, es momento de darnos un tiempo, por tu bien, por el mío y por el de los demás, me he dado cuenta que algo por ahora no va bien.
Podría enumerar un sin fin de cosas por las cuales he decidido en un par de días cerrar mi cuenta , pero la realidad es muy simple, he dedicado mas tiempo de lo debido, no lo tomes a mal, la verdad es que la hemos pasado bien, hemos compartido anécdotas, fotos, historias, frases, estados de ánimo, etc. pero siento que no es recíproco, no eres tú, soy yo.

Yo soy el que me hago historias, el que veo fotos de los demás imaginado historias, el que se ríe de los status de los demás, el que critica, el que se mal viaja, el que revisa si la chica que me gusta esta haciendo cosas, el que pone cosas pretenciosas para llamar la atención , el que busca aprobación de cosas, el que se divierte, etc. En esta ocasión yo soy el que necesita tiempo y espacio. No lo tomes a mal.

He decidido tomar tiempo de mi vida para hacer otras con valor, quiero dejar la frialdad y cobardía de la conexión a internet por la conexión presencial, quiero compartir tiempo con los míos que también son tuyos, pero al ser compartidos he perdido su identidad, quiero la privacidad de una platica con voz, una mirada a los ojos, quiero hacer menor el ego de mis escritos a través de la aprobación y réplica de los demás, no quiero que la gente me etiquete, ya no quiero mandar abrazos, he preferido darlos.

Quizá mi reacción sea la de un infantil adolecente que no sabe lidiar con las cosas y en una semana te pida una disculpa y regrese, o en dos o en tres, no lo sé, espero entiendas que la vida lejos de la vida ya no me esta gustando tanto, quiero regresar a mi capacidad de acercarme a las personas, de aprenderme cumpleaños sin que los recuerdes,  de no ser tan popular y tener 500 amigos, quiero un poco de privacidad en mi pensar, quiero tener la necesidad de buscar personas en sus casas, de vivir experiencias en un café y quiero de regreso el celo de mi vida y mis momentos. No te pido que entiendas pero me cuesta trabajo.

No has hecho nada malo, al contrario, en 7 años me presentaste gente interesante, me advertiste de cosas que se me habían olvidado, me regresaste amigos de la infancia, me preguntas cada día cómo me siento, qué hago, no me juzgas, pero necesito un poco de ADN humano en lugar de códigos.

Gracias mi querido Facebook, hasta pronto.

Atte.
Tu usuario 123,567,897


Pd. Sigues tu, mi querido whatsapp

ELLA Y ÉL.

jueves, 20 de marzo de 2014
Él y ella,
dos personas sosas, sin gracia
puestas en la misma circunstancia
la incipiente humanidad.

Él, desnudo, sin pensamientos
ella, desnuda, sin anhelos.
Sus miradas se enfrentan
descubren su piel contra su piel
el deseo, la pasión, el cortejo,
no existen.

Él, la viste con sus manos
ella, concede su vestimenta
sus bocas entran en un ritual de iniciación
y se descubren con un nuevo lenguaje

Ella, se recuesta
él, abre un nuevo mundo
Se arquean las espaldas,

él, se cobija con sus muslos
Ella, fuga la mirada al cielo.
Buscan redención en un acto incierto

él, aprisiona sus caderas
ella, juega con su taquicardia
el aire se estremece,
hay fiesta en sus cuerpos

Ella, se desarma en los huesos
él, pierde el aliento, reposa la mirada en su vientre.
Hay frescura en sus cuerpos,
no llueve, están empapados
él, tiene en la boca, una llave
ella, tiene entre sus piernas el paraíso.
Nace el placer.

El, quedó con el sabor de sus entrañas.
Ella, guardó en sus labios el susurro de un final.