Hay veces..
Hay veces que los ángeles en la tierra piden a Dios
regresar.
Sus ojos, vírgenes de violencia, sublimes de inocencia no
pueden cerrarse.
Un instante basta para que, impávidos, suspiren, se alerten y
pidan regresar.
Sorprendidos ante la barbarie humana solo intentan pasar
desapercibidos.
Un niño los ve, los llama, los vigila y los cuestiona: “¿esto
debería ser diferente?”
Los ángeles no saben que decir, el niño no puede hablar
mucho, esta agitado.
La inteligencia de la infancia se convierte en el desdén del
adulto que juega a ser grande.
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